Jaime Carrera
Puebla, Pue.- En los linderos del barrio de Xanenetla y la colonia Mártires del Trabajo hay una disyuntiva que genera debates, allí se vive el principio del fin. El protagonista es y ha sido durante años un centinela de cal: el Arco de Loreto.
La esquina de la 2 norte y la 30 oriente figura una encrucijada. Es un cruce de caminos: el del principio que lleva al fin y viceversa ¿Fue allí el fin de la ciudad o el principio del acceso a otro punto en el Fuerte de Loreto y Guadalupe?
Es un hecho que la arqueada estructura al inicio de la actual Calzada Ignacio Zaragoza determina un principio y un fin. Al atravesarlo se deja atrás al Centro Histórico y prosigue el camino hacia la zona norte de la ciudad, antes inexistente.
La controversia es constante ¿A partir del también conocido Arco Triunfal se salía oficialmente de la Ciudad de los Ángeles? Sí, después del monumento no había lo que hoy, aunque su peculiar posición evidencia que su destino era otro, en lo alto del cerro.
El arco también es una portada que daba acceso a la ruta que subía hacia la capilla de Loreto. De acuerdo con historiadores existen planos con el camino trazado y su orientación no perpendicular a la Calzada no hace más que evidenciar su objetivo, quizá, inicial.
Lo cierto es que también, en su respectiva época, la portada cumplió un propósito secundario e indirecto: delimitar un acceso a Puebla. Es más, lo sigue haciendo, al cruzarlo de norte a sur, se ingresa a la zona más rica en cuanto a patrimonio arquitectónico se refiere.
El Arco de Loreto se construyó entre 1781 y 1788 –sostienen otros historiadores– como parte de las obras de defensa de la batalla del 5 de Mayo, durante la invasión del ejército estadunidense ¿Mito, leyenda o realidad? Quizá todo conjunto.
En sus caras, se observa el escudo poblano y las representaciones de San José y del arcángel San Miguel, patrono de la ciudad de Puebla. Con todos sus componentes, el arco ha sido testigo de grandes tragedias y muchas historias que también tuvieron un principio y un fin.
También tiene el registro de la leyenda “año de 1885”, posiblemente la fecha de alguna restauración de la estructura catalogada como sobria con toques de estilo neoclásico, después de los excesos del llamativo barroco que abunda en inmuebles del Centro Histórico.
Atractivo y majestuoso, cercano a barrios originarios y a escasos minutos del punto exacto en donde se fundó la ciudad a un costado del río San Francisco hoy bulevar 5 de Mayo, el centinela de cal conjunta al principio y al fin ¿O que no el fin también es el principio?